Un café a medio terminar, manos cruzadas, risas con sal. Palabras e historias que se entrecruzan, miradas cómplices, ganas de compartirlo casi todo. Y siempre llega el momento de las preguntas incómodas, preguntas sin repuesta, calla la boca y se clavan los ojos ...
... y se llora, y se llora, y se llora.
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