Se sentía seguro mientras que su padre conducía, era una suerte de héroe, como la mayoría de los padres para los niños pequeños. Siempre sabía a donde iba, y tan solo le iluminaban las luces cortas mientras conducía por la oscuridad de la noche, y siempre dentro de esas líneas que a veces trompeteaban si se acercaba a ellas.
Y es que no hacía falta mucha más luz para andar por el camino, al fin y al cabo, llegado el momento siempre se veían de lejos las luces de la ciudad, deseado destino ...
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